El cambio de tendencia en el entrenamiento de los deportes colectivos nos demuestra que el objetivo principal de la pretemporada no debe ser únicamente la mejora y el desarrollo de las vías energéticas (aeróbica y anaeróbicas), sino también potenciar el ritmo de juego de tu equipo desde el inicio e integrar en el entrenamiento un sistema de juego determinado.

Estamos acostumbrados a planificar las temporadas, mesociclos y macrociclos, teniendo en cuenta las diferentes competiciones que se presentan y nos harán ajustarnos en cada momento, pero ¿qué hay de la pretemporada?.

La pretemporada también debe ser planificada al detalle, con mucha antelación y dejando poco espacio para la improvisación. Para ello, es fundamental conocer a tus jugadores y el estilo de juego que después vas a realizar en la competición.

Por tanto, nuestro gran objetivo será ENSEÑAR EL MODELO DE JUEGO.

Es clave llevar el control y evaluar el estado físico de los jugadores desde el inicio, cobrando especial importancia en la pretemporada ya que partimos de un período vacacional de inactividad importante.

Las adaptaciones al estrés del entrenamiento diario se producen durante el período de recuperación, así que debemos dejar un espacio importante para ello y no pensar que cuanto más entrenemos más preparados vamos a llegar.

El período vacacional suele comportar una pérdida moderada de consumo de oxígeno, después de 12 días de inactividad éste desciende entre el 7% y el 9%. Por ello, parece lógico entonces que empecemos nuestras planificaciones con entrenamientos de resistencia, y éstos perfectamente pueden tener relación con nuestras sesiones tácticas desde un primer momento.

El tiempo mínimo para recuperar los niveles óptimos de rendimiento es de unas 3 semanas (20 días).

Es fundamental conocer a tus jugadores, tu sistema de juego y la competición a la hora de diseñar la pretemporada de tu equipo.