“Viajes mágicos a través de las mentes”.
He dirigido este libro a gente que enseña, pero sus conclusiones pueden ser también de interés para los estudiantes y para sus padres.
Más que preguntar si los profesores son expresivos o si usan alguna técnica en concreto, debemos preguntarnos si ayudan a los estudiantes a aprender y estimulan su interés por la materia.
Los profesores extraordinarios están al día de los desarrollos intelectuales, científicos o artísticos de importancia en sus campos, razonan de forma valiosa y original en sus asignaturas, estudian con cuidado y en abundancia lo que otras personas hacen en sus disciplinas, leen a menudo muchas cosas de otros campos (…) En resumen, pueden conseguir intelectual, física o emocionalmente lo que ellos esperan de sus estudiantes.
“Sospecho que una porción del éxito que disfrutan los alumnos, radica, en parte, en su buena disposición a enfrentarse a sus propias debilidades y errores”.
Conferencia pública de un profesor de filosofía llamado Vanderbilt sobre su forma de enseñar, que llamó eficazmente “CUANDO MI DOCENCIA FALLA”.
La buena docencia puede aprenderse.
¿Cambian los estudiantes su forma de pensar asistiendo a clase?
APRENDER DE LOS MEJORES.
El conocimiento es construido, no recibido.
“Mis estudiantes tienen que aprenderse la materia antes de que puedan pensar sobre ella”. Los estudiantes traen paradigmas al aula que dan forma a su construcción de significados. Por otro lado, los educadores tremendamente efectivos intentan enseñar los hechos básicos de su disciplina y quieren que los estudiantes vean y entiendan una parte de la realidad.
Los estudiantes interpretan lo que se encuentran, por tanto, los profesores deben pensar en qué hacer para estimular la ‘construcción’, no sólo para ‘transmitir’ conocimientos.
Los modelos mentales cambian lentamente (generaciones, ambientes, contextos). “Fracaso de la expectativa”.
MODELO 1: estos profesores apenas esperan que sus estudiantes razonen (esto se supone que llegará después de que ‘hayan aprendido la materia’). En sus exámenes, estos profesores comprueban habitualmente la capacidad de memoria, el mero reconocimiento de información.
MODELO 2: estos profesores creen que los estudiantes deben aprender los hechos a la vez que aprenden a utilizarlos para tomar decisiones sobre lo que entienden y lo que no.
Cuando hablamos con algunos estudiantes, a menudo confesaban que tenían dificultades para recordar la información pocos meses después de haber terminado el curso.
LAS PREGUNTAS SON CRUCIALES.
Las preguntas desempeñan un papel esencial, las preguntas nos ayudan a construir conocimiento.
¿Qué preguntas me hago al comenzar un curso o cualquier proyecto?
¿Qué motiva? ¿Qué desanima?
¿Qué podemos hacer en el aula para que los estudiantes aprendan fuera de ella?
Cuando hablamos con algunos estudiantes confiesan que tienen dificultad para recordar la información aprendida pocos meses después de haber terminado el curso.
Richard Light indicó que las características de las clases más apreciadas incluían una gran exigencia, pero estaban repletas de oportunidades para revisar y mejorar el trabajo antes de ser calificado y, por tanto, para mejorar con el proceso.
“El primer día de mis clases dedico algún tiempo a conectar temas del curso o cosas que se requiere que aprendan a hacer con asuntos o intereses que se encuentren ya en sus mentes”.
Es una especie de diálogo socrático; comienzas con un enigma y dejas a alguien perplejo, liado y confuso. Esos enigmas y líos generan preguntas en los estudiantes y es entonces cuando tú comienzas a ayudarles a deshacer esos líos.
Las personas se desarrollan a base de ajustes y desajustes, y se benefician de desafíos repetidos en niveles distintos. “No todos los estudiantes se benefician del mismo conjunto de experiencias en el mismo momento”.
Los mejores profesores crean entornos de aprendizaje favorables para que los alumnos se cuestionen a sí mismos.
Enseñar es atraer a los estudiantes.
Los mejores profesores planifican hacia atrás; comienzan con los resultados que esperan fomentar.
Lo que guía los logros de los mejores profesores y de sus estudiantes es una red compleja de creencias, concepciones, actitudes y prácticas.
“Lo que tú traes a clase es a ti mismo y tu deseo de participar y lo que hagas aquí dependerá directamente de eso”.
Susan Wiltshire consideraba sus clases como un gran banquete que había preparado y no quería nada más que los estudiantes ocuparan su lugar en la mesa.
“Espera más de los que menos esperas”.
Los mejores profesores creen que el aprendizaje involucra tanto el desarrollo personal como el intelectual, y que ni la capacidad de pensar ni la calidad de una persona madura son inmutables. Las personas pueden cambiar. Todo lo que aprendes influye en quién eres y en lo que puedes hacer.
Todo buen libro nos lleva a otro:
“Dar clase con la boca cerrada”, Don Finkel.