MÁS ALLÁ DEL ORDEN, 12 nuevas reglas para vivir. Jordan B. Peterson.
Entre el orden y el caos.
Existen fuentes de fortaleza en las que puedes inspirarte. Existe lo que uno puede aprender si es capaz de aprender de su error. Existen medicamentos y hospitales, así como médicos y enfermeros que se dedican en cuerpo y alma y con valor a levantarte el ánimo y ayudarte a superar el día. Y luego está tu propia personalidad y tu coraje …. Pero si están hechos puré y estás dispuesto a tirar la toalla, todavía tienes la personalidad y el coraje de aquellos a los que quieres y te quieren. Tal vez con eso puedas salir adelante.
Nunca sabremos al cien por cien cómo actuar en esta vida: en parte debido a nuestra ceguera deliberada; y en parte porque el mundo sigue transformándose de improviso, a su manera entrópica.
Si el orden es el lugar donde se hace patente aquello que queremos, el caso es el lugar donde aquello que no prevemos o aquello a lo que hemos estado ciegos da un paso al frente de entre todo el potencial que nos rodea. El caos significa anomalía, novedad, imprevisibilidad, transformación, alteración y declive.
Todo lo que no se renueva se estanca y no cabe duda de que una vida sin curiosidad sería una forma de existencia emasculada.
Las personas son seres sociales – par excellence– y fuera de nosotros hay un mar de sabiduría y orientación incrustado en el mundo social.
Muchas veces lo grande empieza siendo pequeño, ignorante y estéril. El novato de hoy es el maestro del mañana. Si uno no está dispuesto a ser novato nunca aprenderá.
Existe el tú de ahora. El de mañana. El de la semana que viene. El de dentro de cinco años. El de dentro de una década…. Y una implacable necesidad te obliga a tener en consideración a todas las versiones de ti mismo.
Somos criaturas conscientes del tiempo: sabemos que estamos en un juego sin fin del que no podemos escapar y del que no es fácil esconderse.
No se puede huir del futuro.
La gente experimenta la emoción positiva cuando persigue un logro valioso.
No hay emoción sin responsabilidad. Sin un objetivo precioso y apreciado, no hay emoción positiva.
Como el mito de Sísifo. Te esforzaste y exististe para subir con la roca hasta la cumbre, pero sólo has conseguido volver a encontrarte al pie de la montaña. El logro es voluble.
Sócrates creía que todo el aprendizaje era una forma de recuerdo. Postulaba que el alma, inmortal, en esencia lo sabía todo antes de nacer. Sin embargo, en el momento del parto todo el conocimiento previo se olvidaba y se debía recuperar por medio de experiencias a lo largo de la vida.
Con las historias que nos encandilan aprendemos a ver y a actuar igual que los héroes/ heroínas que las protagonizan. Las historias inolvidables refuerzan nuestra capacidad para entender el comportamiento más allá del hábito y de la expectativa.
El caos circular estaba asociado al dios alado Mercurio, que hacía las veces de mensajero del reino divino, de guía de las almas al averno y portador de buena fortuna. Por eso el símbolo antiguo de Mercurio se coloca en el pináculo e intenta simbolizar lo que guía el proceso.
Tú no eliges qué te interesa. Ese algo te elige a ti. Algo sale de la oscuridad para resultarte fascinante, digno de ser vivido; después, algo nos hace avanzar hacia la siguiente manifestación significativa. Y así va la cosa, mientras seguimos buscando, desarrollándonos y floreciendo. Es un viaje peligroso. Es la aventura de nuestras vidas.